martes, 28 de abril de 2009

¡Una cosa es ver y otra muy distinta comprender a la persona con discapacidad!


Por Ana María Mora Arguedas
Especialidad en Sexología
Actualmente cursando la Maestria en Discapacidad y Sexualidad

Articulo publicado por el Instituto Liber, en México y en el periodico El Portavoz, Costa Rica, este último es un medio realizado por
personas con discapacidad y dirigido a quienes tienen interès en
formar redes de apoyo en torno a los derechos, necesidades y
oportunidades de esta poblaciòn y sus cuidadores.



En mi opinión, y desde mi experiencia la mayor dificultad que tienen las personas con
discapacidad, está en cómo son vistas por la sociedad.

Reflexionemos sobre nuestra reacción ante una persona con una manera distinta de caminar o realizar sus movimientos, de comunicarse, de expresarse emocional y mentalmente, ¿Nos causa reacción o pregunta? Profesionales o no, en algún momento salta el juicio u opinión. De alguna forma le quitamos la privacidad a esta persona y le damos a su cuerpo el carácter de ser público, convirtiéndolo en blanco
de comentarios y opiniones, muchas sin ningún fundamento.

He notado que algunas personas -no tiene que ver con nivel educativo o social, sino una actitud similar a la de los niños o las niñas- suelen preguntar directo, sus inquietudes, desde una curiosidad sana, donde lo que les preocupa son sus necesidades para brindar apoyo o saber como acercarse. Sin temor a equivocarme diría que la respuesta inapropiada, que tengamos los espectadores, parte de nuestras
discapacidades, temores o ansiedades, lo cual se expresa en actitudes insensibles,
inapropiadas o de apatía total. Nos volvemos “pobrecitos”, no miramos más allá de una mal llamada “minusvalía”, en lugar de aceptar la limitación en el saber y tomar la oportunidad de crecer a partir de la experiencia que ofrecen las personas con discapacidades y sus allegados, sean cuidadores o profesionales a cargo.

Somos seres que nos construimos a partir de los otros, desde que nacemos dependemos de los cuidados de externos, luego la socialización hace su parte, para conformarnos como seres humanos, y nos constituimos a partir de profundos deseos influenciados de una u otra forma por la sociedad.

¿Qué tiene que ver esto con la discapacidad de un ser que nace? Este dependerá de cómo se construya, si como “una enfermedad” -vivido dentro de la pluralidad de la discapacidad- o como un ser único, con capacidades y rasgos específicos que le permitan formar su esencia y no la de los otros. Logrando que sea llamado por su nombre propio y no como una persona discapacitada, sin posibilidad de ir más allá, y
sumándole estigmas históricos como son considerarles, eternos enfermos, castigos divinos, eternos niños, dependientes y asexuados.

Al igual que cualquier ser humano, con o sin una capacidad de cuidar a otro, de amar y ser amado por sus atractivos y capacidades. Siempre seremos atractivos para otro ser, desde los intereses por determinado atractivo o la particularidad de una mezcla única de atractivos intelectuales, físicos, afectivos, sociales, artísticos, espirituales, entre otros.


Que gran error es pensar que quién se interesa por una persona con discapacidad desea asumir un rol de salvador o se siente menos, cuando todos los seres humanos tenemos una capacidad de amar y de construir una vida afectiva y sexual.
Desde que podemos encontrar seres humanos sin ningún daño orgánico que
impida la capacidad de caminar, pero por alguna situación afectiva o
psicológica por lo que no logran dar los primeros pasos, existen casos en los
cuales existe un daño orgánico y aun así, logran desde su deseo
voluntad y fuerza interna, construirse como seres humanos con la
capacidad de recorrer un camino hacia proyectos vitales. Entonces
desde ahí, parece ser que si bien, lo individual tiene su peso en la
forma en cada ser, se constituye desde la forma en que se nombra a si
misma, como una discapacidad o como una oportunidad.

Y es que ni los mismos profesionales de la salud nos escapamos de los
estereotipos y las etiquetas. Sentimos de forma involuntaria y sin
mala intención creer que una persona con discapacidad, definitivamente
tendrá problemas de baja autoestima, serán vulnerables al abuso
sexual, tendrán problemas con su imagen corporal, tendrán problemas
con su valía, entre otras. Hoy sabemos que personas que se ajustan
dentro de un estereotipo de belleza o inteligencia - por dar dos
ejemplos- dentro de la cultura a la que pertenece no necesariamente es
una persona con una alta valía o una sanidad mental, emocional,
afectiva, social o espiritual.

Lo que no vemos en una persona con discapacidad, es una capacidad sin
límite de superar una discapacidad día a día, esto habla de una
victoria diaria, de sobresalir desde otras formas como el ser nombrado,
como el deportista, el músico, el artista, el trabajador, el
estudiante, el hijo o la hija, el padre o la madre, la pareja.

Como seres humanos la mayor necesidad esta en buscar respuestas, y
cuando de discapacidad se trata, muchas veces la necesidad de saber
puede detener nuestro crecimiento al buscar causas. Es por eso que
superar en un primer momento la necesidad de entender el porque de la
discapacidad, nos lleva a dar un paso más importante respecto a cómo
ayudar, sin dañar a este ser humano con necesidades y capacidades
diferentes.



La mejor forma de acercarnos es dirigiéndonos de forma directa a estas
personas o sus cuidadores, considerar que no es
posible hablar de una sola discapacidad y aplicar recetas de cocina,
quienes pueden dar cuenta de su condición, de sus necesidades y de sus
capacidades. Son ellos mismos o quienes apoyan su día a día.



¡Empecemos a preguntar, con respeto, para poder ir más allá de ver, sin
comprender!.

.................
Creando Redes de Apoyo en torno a temas de Sexualidad y Discapacidad.

Ana María Mora Arguedas
Coordinación y R.P. Costa Rica
Maestrías en Sexología
Instituto Mexicano de Sexología, IMESEX
www.imesex.edu.mx

Información:
Tel. 506 22 81 11 78
Cel. +506 88 47 08 39
correo electrónico: coordinaciónCR@imesex.edu.mx

lunes, 13 de abril de 2009

SEXOLOGIA

Rehabilitando Actitudes ante la Sexualidad de la Persona con Discapacidad
Psc.Ana Ma. Mora Arguedas
Sexóloga Educativa

Artículo publicado en el Boletín del Instituto Liber, México y en el Portavoz

Las personas con una discapacidad física o intelectual son vistas por la sociedad como asexuales, más allá de entender las limitaciones inherentes a todo ser humano, se engloba a la persona con discapacidad atribuyéndole limitaciones en todos los aspectos de su ser.

Ser sexualmente atractivo se asocia con juventud, poder económico o social, con cierto tipo de imagen de belleza, estereotipos presentes en los medios de comunicación masiva. Si carece de ciertos atributos, es presa de la invisibilidad como seres atractivos, sin considerar la gran diversidad de intereses entre las personas que propician atracción intelectual, artística, afectiva, y/o sexual, por mencionar algunas.

Las personas con discapacidades no están limitadas de sus capacidades de tener un proyecto de vida, de cuidar a otras personas, no son asexuales, podría desde la elección personal, sentir una apatía por una profesión, una vida en pareja, paternidad o maternidad, eso seria muy personal, pero no propio a la condición de discapacidad.

En términos de sexualidades surgen interrogantes comunes para cualquier ser humano: ¿Cómo se construyen las masculinidades y femenidades sin entrar en un juego de poder o los estereotipos?; ¿Qué técnicas sexuales satisfacen en la intimidad? Qué conocimiento existe respecto concepción y contracepción? Cómo se vive una relación afectiva y sexualmente sana? Cómo vivir atracción afectiva y sexual en una sociedad con una doble discriminación: la discapacidad y una orientación sexual, diferente a lo mayoritario, la heterosexualidad?

La sexualidad y la discapacidad entran en discordia, en el momento en el que no se encuentra una referencia de lo que culturalmente se ve como admitido.

Lo central esta en comprender que sexualidad no se reduce a genitalidad y desde este punto aunque se dé la pérdida o disminución de una función sexual, no significa incapacidad de brindar placer, propiciar satisfacción está presente desde el nacimiento hasta la muerte. Si bien puede afectar lo mecánico, pueden ser compensadas por las habilidades individuales.

Veamos la experiencia del orgasmo, en sí, desde como se define; como una experiencia individual, donde cada ser humano es responsable de saber como alcanzarlo, siendo una sensación subjetiva de placer, la diversidad de alcanzarlo y expresarla es tan diferente como personas existimos.

La sexualidad desde un concepto global, incluye diversidad de aspectos, algunas interrogantes comúnes son: ¿cómo nos construimos o sentimos en el ser hombre o el ser mujer? ¿Cómo nos vinculamos afectivamente con amistades y con quienes experimentamos enamoramiento o amor? ¿Cómo nos visualizamos con un proyecto de vida independiente o y en pareja?

En el caso de personas con discapacidad, les sumamos una serie de necesidades por la condición de cercanía con quienes apoyan el día a día. La primera es el manejo de la angustia y ansiedad de padres, madres, docentes y profesionales que tienen contacto con expresiones de la sexualidad. Y desde ahí, de acuerdo a cómo vivamos nuestra propia sexualidad, comprenderemos mejor la de los otros.

Comprender las manifestaciones de sexualidad, de toda persona, desde el pensamiento del adulto y representaciones de otros, suele dársele una "intencionalidad” a partir de cómo vive la sexualidad quien la juzga, mal interpretando o apoyando, lo vital es comprender y respetar la diversidad sexual, las cuales responderán de acuerdo a su nivel de comprensión, en el caso de discapacidad intelectual o una diferente capacidad física, el caso de discapacidad física.

Una consulta común es el tema de la masturbación, cualquier acto placentero, busca ser repetitivo, por tanto, suele ser el principal motivo de angustia en padres y madres, maestros o profesionales a cargo, basta una adecuada orientación, mostrarles el sentido de lo privado y lo público, además de los cuidados e higiene, al mismo tiempo del respeto al propio cuerpo y el ajeno, permitiéndole reconocer el placer o el displacer en relación a su propio cuerpo y el de otras personas.

Estar a favor de la masturbación no significa que sea para todas y todos, ni promover ni favorecer la iniciación sexual, se trata de reconocer y respetarlo como derecho sexual, en quienes lo practiquen. Implica entender que es una caricia, que podría o no terminar en un orgasmo o no implique una serie de consecuencias negativas, adicciones o enfermedad mental o espiritual. El cuidador debe tener la capacidad de reconocer cuando es una necesidad propia, más que de la persona que cuida. Lo vital es dar respuesta a todas las inquietudes planteadas en las experiencias y desde ahí mas que manipular comportamientos, permitir que cada quién exprese su sexualidad desde sus elecciones y derechos sexuales.

Otro aspecto importante es diferenciar las expresiones de su sexualidad, como expresión de afecto y amor. Desde la infancia, la sensación de enamoramiento está presente, de ahí diferenciar el afecto de creer que vivir esa sensación con otra persona, de la misma edad, implica una sexualidad o intimidad como es vivida en la adultez.

El tema es muy amplio y de acuerdo al interés se pueden organizar charlas o talleres a cargo de especialistas. El sólo hecho de saber que las personas a cargo o las entidades tienes un espacio para hablar de sexualidad, permite bajar los niveles de ansiedad de los cuidadores o profesionales a cargo.

Teléfonos profesionales: (506) 22 22 68 06 o (506) 281 11 78
Celular: (506) 88 47 08 39
Tel.Fax: (506) 225-6237 o (506) 22803090
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